Desde hace ya semanas, quizá meses, el gobierno municipal está desarrollando una especie de campaña que pretende convencer a los ciudadanos de las bondades del Pla de Mobilitat (PM), por una parte, y, por otra, viene a realizar consultas sobre determinados aspectos del propio PM que han tenido mala acogida por algunos sectores de la población.
Consultar y convencer. Dos conductas que podrían ser positivas, incluso muy positivas, en una acción de gobierno municipal que supiera qué es lo que quiere, o cuando menos que se fundara en modos de hacer y de actuar eficaces. Pero no es el caso de Sant Cugat. Es justamente lo contrario.
Comenzando en la época de bonanza económica, antes de la crisis, se inicia la elaboración del Plan de Movilidad. Una labor que se prolonga durante años, y que tiene un elevado coste económico para las arcas del Ayuntamiento. Participan los técnicos del Ayuntamiento, como es obvio, los miembros competentes del gobierno municipal, y los representantes de los partidos políticos. Y al fin se somete a la aprobación del pleno municipal, el pasado mes de febrero, en el que queda aprobado con el voto favorable de todos los partidos, menos el Partido Popular que vota en contra por las razones que ya expuse en otro artículo publicado en este mismo medio.
El Partido Popular y el PSC, y suponemos que algunas otras personas y entidades, formulamos las alegaciones que consideramos oportunas dentro del plazo que marca la normativa. El PSC, salvo error, y por razones desconocidas, no sólo presenta alegaciones, cuando había participado en la elaboración del PM y había votado a favor en el Pleno, sino que luego las retira sin más. No se sabe si por coherencia, lo que estaría bien, o por que razón. En todo caso una actuación política ciertamente poco airosa se mire como se mire.
Hoy, ocho meses después de la aprobación, el gobierno municipal de Sant Cugat no ha resuelto nada sobre las alegaciones, con lo que el PM está de hecho aparcado. Algunos miembros de Consistorio afirman en privado que ese Plan nunca se llevará a cabo.
Sin embargo, algunos concejales siguen llevando la cuestión del PM a los Consejos de Barrio, y someten a la consideración de los vecinos las bondades del Plan, y escuchan (o eso dicen) cuales son sus opiniones al respecto. Algunas de esas opiniones son frontalmente contrarias a algún aspecto del PM, como ocurre con la peatonización de la avinguda de Cerdanyola contra la cual se han presentado alrededor de 1.700 firmas de los vecinos directamente afectados, según afirman los promotores de la acción.
Es decir, por un lado hay quien afirma que todo o parte del PM no se ejecutará nunca; por otro lado se consulta, o se crea la apariencia de que se consulta a los ciudadanos, sobre los aspectos del PM; y por otra parte se intenta convencer a la ciudadanía de las bondades del PM. Y todo esto, lo repito una vez más, después de haber sido aprobado el PM por los quince concejales de CiU en el pleno, y por los seis de los restantes partidos de la oposición.
Si se quería consultar a la población debió hacerse antes de la aprobación. Si se quiere convencer de la bondad del plan es ahora el momento de hacerlo. Y si hay algo que rectificar para eso están las alegaciones presentadas y que podrían haberse presentado.
Pero lo que no puede hacer un gobierno municipal serio es andar dando bandazos, vueltas y revueltas, mareando a los ciudadanos, y sin tomar decisiones. Porque si están convencidos de que el PM es bueno para Sant Cugat, deben seguir adelante porque eso exige la responsabilidad que tienen como representantes de la ciudadanía. Y si no que lo modifiquen o lo retiren.
Este modo de proceder, con independencia de las bondades o defectos del PM, ciertamente dice muy poco de la calidad política y la capacidad de gobernar de este gobierno municipal.
JORDI CARRERAS és portaveu del PP
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