Ha llegado el momento de hacer balance del mandato iniciado en 2011 y que finaliza en dos meses contando los 15 días llamados de campaña. Y este balance no sé si puede ser todo lo positivo que cabría en lo que se refiere a los 15 que ostentan la mayoría absoluta. Porque mayoría apisonadora como ésta dudo que se vuelva a producir.
Sin comerlo ni beberlo, lo que en mayo de 2011 fue una elección ilusionante, festiva para entrar en el consistorio, a fecha de hoy se ha convertido en un mal sueño gracias a la deriva independentista de la Sra. Alcaldesa y alguno de sus acólitos y fieles seguidores. Sin enterarnos nos han involucrado en un proyecto que ninguno de sus votantes sabía en el momento de ejercer el voto. A eso se le llama fraude?
Es curioso como en estos cuatro años personas capaces, que las hay, se hayan dejado llevar por esa idea de que seremos más felices siendo no se sabe muy bien qué. Llama la atención que esos 15, esa mayoría 'magnífica', hayan aprovechado para aprobar 'sus cosas' o ningunear en muchas ocasiones a la oposición. En no aceptar que desde la oposición también se pueden sugerir ideas para el bien de todos los habitantes de Sant Cugat pero que por un tema de 'con éstos del PP nunca' se queden en el cajón perjudicando con ello a unas personas que no tienen ni idea de lo que hace el gobierno de la ciudad, ya que toda la información que llega es lo 'magníficos' que son y nunca entonan un 'mea culpa'.
Pues yo digo que no todo lo hacen bien y especialmente en temas económicos o de urbanismo mucho se podría mejorar pero el equipo de gobierno sigue viviendo de esa inercia que le dieron los años de bonanza. A mi entender la crisis y la deuda la hemos soportado todos los ciudadanos de Sant Cugat y nuestros impuestos han ido a sufragar gastos no prioritarios o a pagar cantidades enormes que se debían.
En lo que concierne a todos está en nuestras manos que Sant Cugat deje de ser el reducto de CiU porque hay que demostrar con obras y no con rédito de años pasados la valía de los que están en el gobierno. Deberían estar los mejores y los más preparados, porque se necesitan de personas que quieran trabajar y servir, no servirse de. El gobierno de la ciudad, el consistorio no es una oficina de colocación.
Y en Sant Cugat estamos sufriendo en pequeña escala lo que está sucediendo en toda Cataluña, posiciones radicales que han llevado a dividir a la sociedad, a la ciudadanía, a las familias, a las amistades. Incluso los partidos políticos están sufriendo en sus filas estas desafecciones y Sant Cugat no podía ser una excepción, incluido mi partido.
Es tiempo de hacer balance, sí, y quiero acabarlo en positivo. Para mí ha sido una experiencia enriquecedora. He compartido cuatro años con gente estupenda de todos los partidos, con unos he tenido más afinidad que con otros, pero para todos un respeto. Un respeto que agradezco y agradeceré que siempre tengan conmigo.
Algunos repetirán experiencia, otros nuevos entrarán, otros lo dejarán. A todos los que se presenten que sea para servir, para servir a los habitantes y a la ciudad. Es una tarea muy valiosa que merece no ser despreciada ni devaluada.
Maria Dolors Domènech és regidora del PP
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